Salida de campo 2

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Con base en las encuestas, que fueron expresadas a través de los cuadros y gráficas es posible llegar a concluir que la mayoría de los hijos de los encuestados, tanto hombres como mujeres, se encuentran entre los 18 y 20 años de edad. Adicionalmente, la mayoría se encuentran en un estrato socioeconómico 3 y son trabajadores.

En lo que respecta a las preguntas que permitirían brindar un panorama en cuanto a los jóvenes y las problemáticas que se han venido trabajando a través de las bitácoras, encontramos que aparentemente no hay descuido en su mayoría por parte de los padres, dado que existe una relación estrecha entre la confianza, el conocimiento acerca de los amigos de sus hijos y diariamente existe comunicación, siendo esta última fundamental para el desarrollo y cuidado del joven.

En cuanto al ambiente familiar que tiene el joven, se encuentra que la gran mayoría de ellos vive en compañía de sus dos padres o solamente de su madre, sin embargo, gran parte de la población tiende a tener una familia incompleta o conformados por otras personas ajenas a papá, mamá y hermanos.

Cabe resaltar, que se encontraron mayores porcentajes de confianza, comunicación y conocimiento (de los amigos) en las madres que en los padres, sin embargo, la diferencia no es grande como muchas personas podrían creer o esperar.

Es importante también tener en cuenta que en preguntas tales como si conoce o ha presenciado actos de maltrato, venta de drogas o bullying, para los papás no es nada familiar, pues en su mayoría no han conocido o percibido esto en ámbitos ni familiares ni escolares, que a diferencia de las madres, a pesar de que en su mayoría responden de manera negativa, tienen un puntaje más alto que los hombres en conocer sobre estos temas que afectan a sus hijos, especialmente en la venta de drogas que al parecer está tomando cada vez más fuerza en colegios y barrios de la capital.

En cuanto a las actividades culturales que ofrecen el gobierno y las entidades privadas notamos que a diferencia de los hombres, las mujeres no conocen ni se informan sobre estas actividades para sus hijos, pues los hombres a pesar de que en su mayoría contestan de manera negativa conocen en mayor medida sobre estas. En su mayoría, los adolescentes no asisten a estas actividades a pesar de que sean gratuitas, pues no están muy bien informados y si asisten lo hacen con padres o amigos especialmente. Al practicar los adolescentes algún deporte a nivel cultural puede decirse que no es tan indispensable para ellos, y que ocupan su tiempo libre en otras cosas, sin dejar de lado que hay un gran porcentaje en que sí es acogido el deporte en diferentes adolescentes y niños de la capital.

Y para terminar los padres en su gran mayoría tanto hombres como mujeres no encuentran buenas ni posibles oportunidades tanto en el campo de laboral, educativo y social, pues consideran que no tienen buenas salidas para desempeñarse en estos campos.

En conclusión, podemos decir que las relaciones entre padres e hijos son bastante estrechas y buenas, a pesar de que no todos los jóvenes tengan una familia completa, lo cual nos da a entender que esta situación ya no es un obstáculo frente a las acciones que cometa el joven. En cuanto a las líneas temáticas presentados en las bitácoras pasadas, se concluye que el expendido de drogas en colegios, universidades y barrios se hace cada vez más común, haciendo que probablemente muchos padres se preocupen por el bienestar de sus hijos; en cuanto al matoneo y maltrato, muchos de los padres aún no han sabido de casos que se presenten, lo que nos lleva a preguntarnos ¿Realmente sí se presentan estos tipos de casos tan frecuentemente en la ciudad de Bogotá? En cuanto a las actividades culturales muchos de los padres no se encuentran informados de este tema, pues la gran mayoría no sabe de la existencia de ellas, por ende, no mandan a sus hijos a asistir. Por último, es doloroso decir que la gran mayoría de encuestados piensa que no existe una buena oportunidad en todos los ámbitos para los jóvenes, lo que nos lleva a realizar un llamado a la sociedad en general –pues el cambio empieza desde cada persona– pidiendo que situaciones problemáticas se reduzcan notablemente, mejorando así cada aspecto en ellas, para que entre todos podamos construir una sociedad que tenga un futuro mejor para cada persona.